La concentración es como un músculo que se puede entrenar. Los niños y adolescentes no tienen la misma capacidad de concentración que los adultos.
Síntomas para detectar problemas de concentración
Podemos pensar que tienen problemas cuando:
- Les cuesta mantener la atención en clase.
- No son capaces de concentrarse con los deberes o tarda demasiado en hacerlos.
- Parece que no te escuchan cuando les estás hablando.
- No pueden atender a una película.
- Su juego es desestructurado.
- Parece que están soñando despiertos.
- Les cuesta seguir la lectura.
¿Cuáles son las causas de los problemas de concentración?
- Problemas emocionales: estrés emocional.
- Preocupaciones excesivas.
- Rumiación.
- Ansiedad.
- Falta de motivación.
- Cambios hormonales en la adolescencia.
- Sueño deficiente.
- Dieta inadecuada.
- Drogas.
- Excesivo, tiempo en la redes sociales y videojuegos..
- Determinadas condiciones psicológicas.
¿Qué hacer ante un problema de concentración?
Primero evaluaremos, mediante una entrevista con los padres, así como un análisis funcional del niño o adolescente y algunos test y pruebas sencillas, el estado psicológico general del niño o adolescente, para detectar cuál es el origen del problema de concentración. A continuación, trabajaremos mediante un protocolo pionero que estamos llevando a cabo.
Dicho programa de intervención tiene una duración promedio de 5 a 12 semanas y va enfocado al niño para conseguir un aumento de su flexibilidad psicológica, lo cual va a producir una mejora en la atención, concentración y rendimiento.